Una crisis tan aguda como la que estamos viviendo está azotando todos los sectores de la sociedad. Aunque sea contradictorio, uno de los que más lo está sufriendo es el correspondiente a la ciencia. Las becas con las que mal subsistían nuestros científicos se han reducido dramáticamente y el dinero para la contratación también se ha ido reduciendo enormemente. Ello está provocando una fuga de nuestros cerebros a otros países que demandan este personal altamente cualificado y que paradójicamente no les ha costado ni un euro en inversión en su formación. España, así asume el esfuerzo inversor que supone formar un científico, y cuando está preparado, éste se ve abocado a emigrar.
Los próximos años no son más halagüeños, pues el tejido científico del país se verá más resentido y su recomposición se hará prácticamente imposible, con el correspondiente retroceso científico-tecnológico para el país en 10-15 años atrás.
Si dentro de unos años, este personal encuentra las condiciones ideales para volver, de forma muy optimista podríamos considerar que ha valido la pena su salida, pues vendrán con más capacitación y conocimientos que podrán aplicar en este nuevo escenario en España.
Y un apunte que nos debería dar que pensar. En un país constitucionalmente aconfesional, y sin ánimo de ofender a nadie …
Habitualmente, cuando hablamos de Ciencia, pensamos en Universidades, pero no pensamos en multitud de organismos públicos, privados o mixtos cuya labor científica y tecnológica se encuentra más aplicada en el ámbito de las empresas. Dentro de estos organismos nos encontramos: Centros Tecnológicos, Centros de Apoyo a la Innovación Tecnológica (CT y AIT respectivamente), Parques Científicos y Tecnológicos, Centros de Empresa e Innovación, etc.
Esta nada breve introducción, era para defender el papel de este tipo de Centros Tecnológicos en este país, donde se hace una labor muy importante de I+D+i aplicada a las empresas. Algunos pensarán que esta labor está duplicada en cuanto que las Universidades realizan las mismas funciones, sin embargo, la labor de los Centros Tecnológicos es más amplia de la que cabría pensar:
- Diseño y desarrollo de productos.
- Realización de ensayos.
- Control de calidad y seguridad de producto.
- Actividades de divulgación y formación.
- Desarrollo de proyectos I+D+i.
- Mejora de los procesos productivos.
- Análisis de mercados e internacionalización de las empresas.
- Etc.
Si bien mucha gente piensa que su función se reduce meramente a la obtención de subvenciones, incluso en ese aspecto tiene por objetivo último el fomentar la I+D+i en la empresa con la consiguiente mejora de la competitividad. La PYME española carece en la mayoría de casos de los departamentos necesarios para realizar estas labores dado el esfuerzo inversor que requeriría por su parte, así que externalizan estos servicios en estos centros a cambio de sostenerlos financieramente en forma de cuotas de asociados. En un gran número de casos también se ven sostenidos en parte por fondos públicos.
Y puesto que no todo es bueno, también se ha de señalar que existen retos y nuevos desafíos que deberá ir resolviendo en los próximos años, si no queremos que sea finalmente retirada las ayudas públicas y privadas que ayudan a sostenerlos. Estos retos pasan por atender ciertas deficiencias de difícil sostén hoy día:
- Estructuras de personal macrodimensionadas. Con el tiempo se han ido burocratizando demasiado y finalmente la parte de recursos humanos dedicados científico-tecnológico se ha convertido en una parte ínfima respecto al total de su personal.
- Imparcialidad. Ésta puede venir por parte de «recomendaciones desinteresadas» de ciertos proveedores, como por «beneficiar» a unos clientes más que a otros.
- Competencia desleal. Realización de tareas impropias de su cometido e incluso competencia de sus propios socios.
- Captadores de subvenciones para su continuidad en vez de para sus asociados. En épocas de bonanza económica, éstas eran muchas y de gran cuantía. Hoy día se han reducido dramáticamente por lo que tratar de conseguirlas se ha convertido en un objetivo prioritario en vez de buscar otras alternativas para sufragar su gestión.
- Politización de los cargos. Unos cargos más afines al régimen político vigente quizá tengan más posibilidades de captar ayudas.
- Apuesta por proyectos de futuro y de clara aplicación al tejido industrial. Existe otras labores de investigación que competen a otras entidades más capacitadas, por ejemplo Universidades, en vez de tratar de cubrir un amplio espectro de I+D+i de dudosa aplicación en el ámbito de la empresa. En ocasiones, interesa realizar determinados proyectos susceptibles de financiación pública y/o privada con el fin de captar éstas pero divergente en cuanto a las necesidades de las empresas, ya sea por una diferencia tecnológica insalvable o por no aceptarla su mercado.
- Apuesta por la internacionalización. Es decir, no solo internacionalización en sí misma, sino como ayuda a sus asociados para que puedan acceder a otros mercados con garantías de éxito.
- Autofinanciación, dado que su acceso a fondos públicos se irá viendo más limitado todavía. Sinceramente, no se me ocurre como.
Esperemos que la labor de los Centros Tecnológicos no se vea apagada por la crisis imperante y éstos sean capaces de reinventarse con la finalidad de continuar dando el gran servicio que han aportado hasta ahora a las empresas y a la sociedad en general.
El modelo actual no creo que sea muy sostenible, sobre todo porque a pesar de que los Centros Tecnológicos se pueden considerar el departamento de I+D+i de muchas empresas, su actividad con ésta se reduce a proyectos aislados que no consiguen la suficiente inmersión en la cultura de la empresa, la cual requiere de servicios ágiles y adaptables en función de los entornos tan cambiantes del mercado.
Autor: Sergio Martínez
Recibe nuevos artículos mediante suscripción por e-mail, RSS o Feedly |
|
Pienso Juan que los políticos no son más que un reflejo de la sociedad en que vivimos. Pensar que ellos son los bananeros y nosotros los buenos es simplificar demasiado. ¿Qué es antes, el huevo o la gallina? Pues eso, los políticos no son más que una extensión de nosotros mismos, una sociedad corrupta, donde prevalece la cultura del pelotazo y del egocentrismo.
Si le preguntas a alguien y te dice que su único deseo es tener un sueldo digno y a trabajar todos los días de su vida, pensamos que es un idiota, y que no aspira a nada en la vida. Sin embargo, tenemos como modelos los Bárcenas, Marios Condes y demás ralea.
Esperemos que no todos los sectores estén imbuidos de estos pensamientos, especialmente al que te refieres.
Un saludo.
Como bien dices, todo lo referente a I+D+I, o a pago de ayudas a personas con dificultades, incluso los pilares de un estado moderno como son la educación y sanidad se está viendo afectado por recortes realizados por los gobiernos bananeros que este pais tiene y ha tenido y que no han hecho más que «fundir» el capital en obras faraónicas y corruptelas generalizadas.
Bien, los centros tecnológicos tienen una función muy importante, pero al igual que los gobiernos comentados son susceptibles de los «tejemanejes» y «trapicheos» que acompañan a nuestra especie, por lo que sí que es muy posible que estén politizados y que tengan estructuras bastante poco competitivas en la coyuntura económica actual.
Esperemos que se puedan readaptar y se dejen también de amiguismos y preferencias entre sus proveedores y clientes, que seguro (doy fe) que los tienen y ayuden a que este país pueda volver a tener algún día la dignidad que le han quitado.
Un abrazo y hasta el próximo artículo.